martes, 28 de abril de 2015

Dos Hombres de Derechas y la Segunda República (IV)

Antecedentes del Bienio de Derechas (III): El Presidente 



Con la Constitución a punto de aprobarse, una de las preocupaciones del nuevo gobierno provisional era buscar a un candidato para la presidencia de la república. La futura carta magna conferiría al jefe del Estado considerables poderes, sobre todo en materia de convocatorias electorales y formación de gobiernos. Para evitar el abuso de estos,  se quiso buscar al candidato de un partido pequeño que no favoreciera a su grupo político mediante maniobras oscuras. Fue este motivo por el que se desechó la candidatura de Lerroux pues la importancia del partido radical se percibía como una amenaza. Sonó el nombre de Azaña, pero este manifestó más interés en seguir en el gobierno.

Alcalá Zamora (1877-1949)

Finalmente se propuso como candidato de consenso a Alcalá Zamora, a quien muchos juzgaban acabado políticamente tras su penosa salida del gobierno el 14 de octubre.
El 9 de diciembre se aprobó la constitución por 368 votos a favor. No hubo ningún voto en contra, si bien derechas, federales extremistas y algunos independientes se ausentaron de la cámara al efectuarse la votación, dejando un total de 98 escaños vacíos.
Un día más tarde, los diputados votaron al Presidente. Se requería un mínimo de 234 votos, mayoría absoluta, para la elección.
El Presidente de la Cámara, Besteiro comunicó el resultado de la votación:
Alcalá Zamora (Derecha Liberal Republicana)            362
Juan Pi y Arsuaga (Republicano Fenderal)                   10
Manuel Cossío (Independiente de izquierdas)               2
Julián Besteiro (Radical Socialista)                                2
Ortega y Gasset (Partido al servicio de la República)    1
Miguel De Unamuno (Independiente/PSOE)                 1 
Abstenciones                                                                35
Ausencias                                                                     53

Quedó proclamado electo Alcalá Zamora Presidente de la República. Por desgracia, su trayectoria como jefe del Estado se apartó mucho de los que sus electores habían previsto. Aunque careció de partido fuerte al que pudiera favorecer para gobernar a través de él desde la presidencia, siempre trató de sobredimensionar su influencia sobre los gobierno. Su monstruoso personalismo lejos de favorecer la estabilidad del poder ejecutivo fue el impulsor de muchas crisis.

Promesa de Alcalá Zamora ante las Cortes Constituyentes como Presidente.

En aquel régimen, los cambios en el gabinete debían ser autorizados por el Presidente mediante una crisis de gobierno. La crisis se podía plantear de forma parcial para cambiar algunas carteras, o total en caso de dimisión en bloque del gobierno, de su líder o que el Presidente considerara que la modificación ministerial era demasiado profunda para resolverla como crisis parcial.
En la actualidad, únicamente la República Italiana mantiene este sistema –una de las muchas causas de su inestabilidad política. El resto de regímenes parlamentarios, permiten al jefe de gobierno modificar la composición del ejecutivo sin necesidad de la intervención del jefe del Estado sea rey o presidente.
Alcalá Zamora pareció cogerle el gusto al procedimiento protocolario de la crisis total que le permitía evacuar largas consultas con los portavoces parlamentarios y particulares de su elección en el Palacio de Oriente como habían hecho los reyes. Casi nunca gestionó una crisis como parcial, ni siquiera cuando se trató de cambios mínimos en el ministerio de turno. Semejante actitud retrasó enormemente la acción de los gobiernos republicanos y produjo muchos vacíos de poder tan gratuitos como inesperados. También le cogió el gusto a amenazar a los gobiernos con el derecho de veto sobre las leyes aprobadas por el Parlamento que le confería la constitución.

Alcalá Zamora, retrato oficial como Presidente.

Durante su mandato se multiplicaron los consejos de ministros en Palacio presididos por el jefe del Estado. Esta figura en un régimen parlamentario se reserva para casos excepcionales y para presentar al Rey o Presidente el nuevo gobierno. En nuestros días, en España se suele celebrar un consejo de ministros presidido por el Rey al inicio de cada legislatura.
Alcalá Zamora adquirió la costumbre no sólo de convocar estas reuniones según sus apetencias, sino que además de su inusual frecuencia las hizo inútiles. Tenía la costumbre de aburrir a sus ministros con largos soliloquios que podían durar literalmente dos y hasta tres horas ininterrumpidas. No solía admitir réplicas. Acabado el monólogo salía del despacho con lo que el consejo de ministros se daba por concluido.
Hombre de mentalidad caciquil, usó toda su influencia para favorecer el enchufismo de a sus familiares y amigos. Lejos de avergonzarse, saca pecho de semejante actitud en sus Memorias, asegurando que hizo cuanto pudo por su gente y por Priego, su pueblo natal, desde la Presidencia.
No es exagerado aquello que escribió Pla y que tantos otros compartieron: Alcalá Zamora fue uno de los enterradores de la República.
Tras su elección, Azaña le presentó la dimisión formal del gobierno provisional. Atendiendo a la composición parlamentaria, el propio Azaña fue invitado a formar gobierno, el primero constitucional de la república. La composición de este fue de centro izquierda. Respecto al gobierno provisional quedaron fuera los radicales de Lerroux.

Gobierno Azaña I, primer gabinete constitucional de la Segunda República.


Así el 16 de diciembre se constituyó el Gobierno Azaña I con la siguiente composición: Presidencia y Guerra, Manuel Azaña (Acción Republicana); Estado, Luis Zulueta Escolano (Partido Republicano Liberal Demócrata); Justicia, Álvaro Albornoz (Partido Radical Socialista); Marina, José Giral (Acción Republicana); Gobernación, Casares Quiroga (Organización Republicana Gallega Autónoma); Hacienda, Jaume Carner (Esquerra Republicana de Catalanya); Instrucción Pública, Fernando de los Ríos (PSOE); Obras Públicas, Indalecio Prieto (PSOE); Trabajo, Largo Caballero (PSOE); Agricultura, Industria y Comercio, Marcelino Domingo (Partido Radical Socialista).


Bibliografía Consultada


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