lunes, 23 de enero de 2017

Dante & Divina Comedia (III) La Divina Comedia en el contexto literario medieval

Resultat d'imatges de dante ilustraciones blake
Blake ilustra a Can Cerbero, presente en el Infierno.

Nota. Estos apuntes forman parte de un trabajo para filología hispánica sobre la Divina Comedia.

Contrariamente a lo que se piensa la homogeneidad de la literatura medieval es sólo aparente. Ya no digamos su pobreza. Para empezar no debemos olvidar que buena parte de la literatura del alto medievo se ha perdido. De la obra conservadas, las bastas etiquetas calificativas con que se agrupa vejan la complejidad de muchas obras, a veces escudándose en el anonimato de su autor para no profundizar en una exposición de las peculiaridades de cada texto.
Este aviso debe servirnos para entender cuán genérico será el ejercicio de exposición del panorama literario medieval de este apartado. Aquí no se aspira sino a consignar unas líneas sucintas de un intrincado complejo para, al menos aproximadamente, situar a la Divina Comedia en el momento de su nacimiento. Por último analizaremos brevemente su encaje en la obra lírica de Dante.
Cuando los pueblos germánicos invadieron el Imperio Romano de Occidente, encontraron una civilización en declive, agotada por luchas internas y crisis económicas, en que la posibilidad de acceso a una educación básica aminoraba. Esto se traducía evidentemente en un aumento de la población analfabeta. Las escuelas de copistas, tan frecuentes en la época dorada de la pax romana, habían disminuido enormemente, lo que dificultaba la posibilidad de que incluso los alfabetizados pudieran optar a una educación superior tan excelente como las de antaño a falta de una buena biblioteca. Estas paulatinamente se fueron enclaustrando en los monasterios, salvo algunas excepciones.

Resultat d'imatges de beowulf
Portada del Beowulf.

Así pues cuando los pueblos germánicos, que por su naturaleza nómada preservaban su saber, cultura y literatura en la oralidad, empezaron a ocupar la Galia los francos, la Bretaña los sajones, la Península Ibérica los Suevos y Visigodos, Italia los ostrogodos y los vándalos el Norte de África, encontraron a una población mayoritariamente más predispuesta a usar la oralidad como instrumento de transmisión, que el lenguaje escrito. A esto añádase que leer y escribir fue considerado a lo largo de un largo periodo más o menos basto, algo propio del clero o de esos siervos laicos llamados escribas, con que muchos reyes y nobles nunca se alfabetizaron. En su conjunto pues la tradición oral arraigó con fuerza en el lado occidental de Europa[1], donde las tradiciones germánicas no tardaron en mezclarse con las cristianas. De este época son el Beowolf o el Cantar de los Nibelungos cuyos personajes reflejan una tradición escasamente cristiana, mucho más vinculados a leyendas paganas.
En los cantares de gesta y la materia de Bretaña aún apreciamos buena parte de esta tradición ajena al mundo latino cristiano: hadas, duendes, dragones... Sin embargo, ya se nos habla de caballeros cristianos y no es el único aspecto en que, aunque sea de una forma diluida, empieza el cristianismo a introducirse en la temática literaria, baste con pensar en tópicos como la leyenda del santo grial.
Paralelamente aparece una literatura religiosa de verdadero contenido doctrinal. Sin embargo, esta no debe tomarse como un todo homogéneo, sino que hay que distinguirla en varias secciones. Dentro de los monasterios y en los cultos círculos del alto clero se cultiva en latín la creación de tratados teológicos de profunda disquisición filosófica. Sin duda, un poeta culto de finales del S. XIII principios del S. XIV, como Dante, tuvo que entrar en contacto con buena parte de esta literatura y con toda seguridad lo haría en latín, gracias a los Bruneto Latini.

Resultat d'imatges de bruneto latini
Doré ilustra el encuentro entre Dante y Bruneto Latini,

En paralelo y quizás con una producción mucho más extensa aunque menos conservada hay que consignar la existencia de una larga tradición de literatura religiosa oral. El sermón, la labor del predicador y oficios similares cotizaban al alza en la edad media, como muestra el caso de Francesc Eiximenis. Después de todo en esta época, la religión ocupa un papel central -en ocasiones opresivo- de la vida pública y privada de las personas.
Sin embargo, esta afectación no se limitaba únicamente a las costumbres, formas de vida o cuestiones políticas, sino que por supuesto tenía una gran influencia en las artes. La religión y la iglesia se va a convertir en el principal motor de producción artística y literaria. Para algunos expertos, la escuela monástica se encuentra incluso detrás de muchos cantares de gesta y otras obras de temática aparentemente profana. Dichas teorías, como expone Martín Riquer, plantean que los cantares y composiciones similares podrían haber sido obra de un autor único, o en su defecto de un equipo organizado, en todo caso monásticos que luego se habrían servido de juglares, bardos y trovadores para facilitar su difusión. Esta teoría, que aunque interesante no está demostrada, se justifica en base a pequeños detalles tales como la reiterada alusión a un monasterio o un patrón aparentemente gratuita para el resto de la historia. Dicha alusión orientaría hacia la posible autoría.
Resulta importante insistir en que dicha tesis es meramente especulativa. Posiblemente ninguna de las tesis sobre el origen de los cantares de gesta sea exacta ni universal para todos ellos. En todo caso, mencionar esta última era oportuno para este trabajo.
Los cantares de gesta son un gran testimonio artístico. La excelencia y elaboración de algunos no tienen nada que envidiar las antiguas composiciones homéricas. El ciclo carolingio especialmente cultivado en diversos idiomas y en gran medida el artúrico han evolucionado y transmitido sus temáticas a lo largo de la historia de la literatura. Su transición a la crónica prosada, no tardaría en engarzarlos con un género historiográfico, la crónica histórica, y otro novelesco, como el libro y la novela de caballerías.

Resultat d'imatges de trovadores
Lo trovadores cantan el amor cortés

Por su parte en los circunloquios del campo y las ciudades la vida popular iba cultivando sus propias formas de arte. Este es el origen de una extraordinaria diversidad de humildes composiciones líricas caracterizadas por una gran sencillez y tópicos sencillos, principalmente el amor y las festividades religiosas. En España la primera manifestación de este género se ha registrado por escrito en las jarchas, aunque el origen de las cantigas de amigo, los villancicos y otras cancioncillas populares similares sin duda debe tener una datación mucho más antigua. Sin embargo, la evolución del latín vulgar, cada vez más fragmentado, pero aún no consolidada en la diversidad de lenguas románicas, ha impedido la puesta por escrito sin duda de varios siglos de literatura popular que se han perdido para siempre de la historia de la humanidad.
Aparte del clero, las cortes son inicialmente el único impulso artístico existente. En la región donde se hablaba provenzal, se desarrolló una sutil forma de poesía amorosa, la trovadoresca también llamada provenzal en algunos manuales. Como es bien sabido en ella el amor hacia la dama es ensalzada a través de un pacto de vasallaje. La sencillez de la traslación a menudo impide ver cuánta riqueza metafórica del fenómeno. El amor ya no se expresa por sí mismo, ni por medio de una alusión a divinidades clásicas, sino a través de una institución social como es el pacto de vasallaje.
Ya hemos hablado de esto supra y de cómo en Italia este género influirá una expresión del amor por medio de una adoración cercana al sentimiento religioso. Sin embargo, en este apartado sería mucho más interesante poner en relieve que, con la lírica provenzal, encontramos la primera manifestación de poesía culta escrita en lengua vulgar. El debate subsiguiente, escribir o no en latín, estará presente durante muchos siglos en las élites intelectuales del medievo. Incluso cuando las lenguas románicas ya estén consolidadas no será extraño que se ponga en duda su verdadera condición de "idioma", identificando a las lenguas clásicas como único idioma posible.

Resultat d'imatges de vita nuova
Vita Nuova edición ilustrada.

Para ser justos con estas tesis "más conservadoras" de lo que es un idioma, debemos tener presente que en los siglos en que nos movemos únicamente el latín disponía de una gramática. Las lenguas románicas se escribían de una forma intuitiva, a menudo anárquica según el idiolecto del autor, o bien con una impostación de estructuras gramaticales más o menos latinizadas, pues eran el único referente. No será hasta el final de la edad media cuando las lenguas romance empiecen a tener sus propias gramáticas, diseñadas de hecho a partir del latín por figuras tan extraordinarias como Nebrija o Martín Lutero, así como compilaciones de léxico, posteriormente evolucionadas a diccionarios pudiendo así realizarse estructuralmente como idiomas.
En ese sentido, la defensa de escribir en lengua vulgar se convirtió durante siglos en una cuestión compleja. Y si bien terminó aceptándose que la escritura vulgar era apta incluso conveniente para diversos temas tales como la ficción, las aventuras -pensemos en las obras del Mester de Clerecía, escritas en lengua vulgar pese a su autoría monástica- o el amor, mucho mayor fue la resistencia para que el vulgar pudiera llegar a ser una lengua con que tratar temas teológicos o el simple saber filosófico. La trascendencia de estas cuestiones debía reservarlas a un idioma más culto y perfecto como el latín. En este contexto debemos entender De vulgari elocuentia, no como un mero alegato en defensa de la lengua vulgar como vehículo literario, sino como instrumento capaz de abordar cuestiones complejas, teológicas, en la misma medida que el propio latín. En ese sentido, en este tratado Dante anticipa a la creación de la Divina Comedia.
Otra cuestión importante que no podemos pasar por alto de la poesía provenzal es la concepción de autoría. Dante y Petrarca escriben, a menudo así lo reconocen, con una expectativa de posteridad en mente. Sin embargo, en la edad media no existía, al menos en sus primeros siglos, una noción como esa de autoría, porque el trabajo del autor se equiparaba, hasta cierto punto, al de mero copista o transmisor de un saber heredado. Aunque la copia no fuera literal, sino inclusive un resumen, una explicación o una interpretación, pensemos por ejemplo en las glosas bíblicas, se estimaba que no había en estas labores una verdadera fuerza creativa. Desde la literatura romana, los trovadores provenzales serán los primeros que dejarán constancia de una identidad humana del autor literario. A menudo no con su propio nombre, sino a través de una senhal, pero que en todo caso estaba identificar los poemas de creación propia con un mismo individuo, aunque sólo fuese la sombra de un nombre.

Imatge relacionada
Blake, Dante frente a Minos.

Gran parte de la literatura de la alta edad media consiste ni más ni menos que en reconstruir la idea del autor. Sin embargo, en la baja edad media, y más especialmente a partir del S. XII, esta idea ya se haya plenamente consolida en la república literaria. Paralelamente se desdibuja la frontera hasta entonces tan rígida entre las formas que distinguían las composiciones populares de las cultas.
Entorno al primer tercio del S. XIII podemos datar la aparición de la llamada Escuela Siciliana tan famosa y reputada por muchas razones, pero quizás la más conocida sea porque a uno de sus autores, Giacomo de Leitin, se le atribuye la paternidad del soneto como estructura poética.
Precisamente al soneto dotará Dante de una gran maestría en la Vita Nuova (1292-1293). El poeta se adscribe así a la dolce stil nuovo y su ya comentada concepción de la dama. El protagonista del poemario, conoce a Beatriz en la salida de la iglesia. Desde entonces queda totalmente prendado de ella y le profesa amor en la distancia. El golpe trágico de la muerte de su amada no apaga el amor, sino que como ocurre con Laura en Petrarca se traduce en una promesa de amor eterno, que . En este poemario, sin embargo, Dante no se limita a poner en práctica la forma de escribir de la dolce stil nuovo, sino que, en cierto modo teoriza sobre ella en los pasajes en prosa intercalados entre los sonetos, al tiempo que hace avanzar la acción vital y el paso del tiempo que transcurre entre soneto y soneto.
Como hemos visto, la figura de Beatriz también aparece en la obra filosófica del autor. Sin embargo, su dualidad entre lo lírico y lo filosófico se unifica en la Divina Comedia. La obra en que Dante cumplirá la promesa de dedicar a su dama la máxima expresión de la creación literaria.
Otras creaciones líricas del poeta toscano revelan que no se ciñó sólo a la dolce stil nuovo. El estilo galante de la poesía cortesana de su tiempo plasmado en los versos para Fioretta y Violetta, ejemplifica una poesía algo más cercana a lo provenzal. Su tono muy alegre en estas composiciones nos muestra a un Dante alejado de la figura meditabunda a la que todos lo asociamos. Otra composición de su juventud que no podemos omitir es el soneto Guido io Vorrei.

Imatge relacionada
Encuentro de Dante y Beatriz por Holiday

Sin embargo, nos interesa especialmente la poesía jocosa y la que carga de invectivas contra adversarios políticos y rivales literarios -caso de Forese Donati. Muchos expertos, tales como Mira Petrocchi o Martínez de Merlo[2] ubican en la expresividad dialógica de estos poemas maduros rasgos que después le ayudarán, por supuesto en un tono más solemne, en la composición del InfiernoEn su etapa inmediatamente posterior al exilio de Florencia, Dante abandonará para siempre el tono jocoso. Los poemas que tenemos de este periodo ahondan en un tono melancólico legítimamente trágico.


Eduard Ariza Ugalde


Bibliografía Consultada


ALIGHIERI, DANTE, Divina Comedia. Ed. de Petrocchi, Giorgio; Martínez de Merlo. 9ª Ed. Madrid: Catedra, 2005.
ALIGHIERI, DANTE, Divina Comèdia. Ed. Mira, Joan F. Barcelona: Proa, 2000.
ALIGHIERI, DANTE, Vida Nueva. Ed. de Pinto Raffaele. Madrid: CATEDRA, 2003.
ANDERSON, William, Dante the maker. Boston: Routledge&KEgan Paul Ltd, 1980.
AUERBAHC, Erich, Dante Poeta del mundo terrenal. Madrid: Acantilado, 2008.
AAVV, Antología Esencial de la Poesía Italiana. Colinas, Antonio (Coord.), Madrid: Austral, 1998.
AAVV, Derecho Eclesiástico del EstadoValencia: Tirant Lo Blanch, 2012.
AAVV, AKAL Historia de la Literatura Volumen Segundo El Mundo Medieval 600-1400. Madrid: Ediciones AKAL, 1989
AAVV, The Cambridge History of Italian LiteratureCambridge: Cambridge University Press, 1996.
BORGES, Jorge Luis, Nueve Ensayos Dantescos. 4ª ed. Madrid: Alianza Editorial, 2009.
FRECCHERO, John, Dante: the poetics of conversionUSA: Harvard's Editions: 1986
NEMBRINI, Franco, Dante Poeta del Deseo. Madrid: Ediciones Encuentros, 2011.





[1] Nos centramos aquí en la Europa católica. Los territorios del Imperio Bizantino y los reinos circundantes de cultura homónima tuvieron una evolución cultural muy diferente -y no sólo en la edad media.
[2] Véase la introducción de ALIGHIERI, DANTE, Divina Comedia. Ed. de Petrocchi, Giorgio; Martínez de Merlo. 9ª Ed. Madrid: Catedra, 2005. Págs. 33-34.

No hay comentarios:

Publicar un comentario